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Roborock F25 Ace: cuando fregar el suelo se convierte en un placer (sí, lo he dicho)

Roborock F25 Ace

Llevo tiempo probando dispositivos inteligentes para el hogar, y lo reconozco: soy bastante exigente. Entre robots aspiradores, friegasuelos y todo tipo de gadgets con promesas de hacerte la vida más fácil, ya he aprendido a no dejarme impresionar por la primera pasada. Pero el Roborock F25 Ace me ha sorprendido —y para bien—. Si tienes espacio en casa y te gusta tener el suelo limpio sin sudar la gota gorda, este aparato puede que sea justo lo que andabas buscando.

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Y sí, estoy diciendo esto de un fregasuelos. Bienvenidos a la adultez.

Una alternativa real y bien pensada en su gama

He probado modelos de varias marcas: algunos se quedan cortos en potencia, otros en ergonomía, y unos cuantos no terminan de ofrecer una experiencia que justifique su precio. Pero este F25 Ace de Roborock entra con fuerza en esa gama media-alta con un enfoque muy claro: hacer que fregar el suelo no sea un suplicio.

Una de las cosas que más me ha gustado desde el primer uso es la distribución del peso. En lugar de tener un aparato cabezón que se te va para adelante o para atrás, el F25 Ace tiene el centro de gravedad en la parte inferior. Esto hace que sea muy cómodo de manejar, sobre todo si te toca limpiar durante un rato largo. No te fuerza las muñecas ni tienes que empujar con fuerza. Simplemente, fluye. Y cuando algo fluye en una tarea doméstica, eso se nota.

La magia del autolavado (sí, magia)

Voy directo al grano: lo que más me ha flipado del Roborock F25 Ace es su función de autolavado. No sé tú, pero a mí me da una pereza tremenda tener que limpiar el propio aparato después de fregar. Me ha pasado con otros modelos: haces el esfuerzo de limpiar toda la casa y luego te toca desmontar y limpiar el rodillo, el depósito, los filtros… Y claro, al final te dan ganas de volver a la fregona de toda la vida.

Pero con este modelo, eso cambia radicalmente. El sistema de autolavado se encarga de dejar el rodillo como nuevo, sin que yo tenga que hacer prácticamente nada. Solo lo coloco en su base, activo el modo y él solito se limpia. Así, la próxima vez que lo necesito, está listo para funcionar. Me ahorro tiempo, esfuerzo y, sobre todo, ese momento mental de “uf, ahora me toca limpiar esto también”.

Además, ese mantenimiento automático prolonga la vida útil del dispositivo, lo que para mí ya es un punto a favor enorme. No solo es más cómodo, también es más sostenible a largo plazo.

¿Y la limpieza qué tal? Porque al final… es lo importante

Vale, la comodidad está muy bien, pero si el aparato no limpia bien, apaga y vámonos. Por suerte, el Roborock F25 Ace cumple —y con nota—. El sistema de fregado eléctrico que incorpora es muy eficiente, y me ha sorprendido cómo consigue dejar el suelo uniforme, sin charcos, sin marcas raras y sin necesidad de repasar después.

Lo he probado con distintos tipos de suelo: parquet, baldosa, vinilo… y en todos los casos, el rendimiento ha sido muy correcto. Incluso con algunas manchas algo secas o zonas con suciedad acumulada, el F25 Ace se ha comportado bastante mejor que otros modelos que había tenido antes.

Otro detalle que valoro mucho es que no inunda el suelo. En muchos dispositivos similares, el exceso de agua es un problema recurrente, pero aquí han sabido regularlo bien. El fregado es constante pero equilibrado, y se nota que Roborock ha afinado ese aspecto.

Ideal para hogares con espacio (y sin tiempo)

Una cosa importante a tener en cuenta es que el F25 Ace no es el más compacto del mundo. No es enorme, pero está claro que está pensado para quienes tienen espacio suficiente en casa, tanto para almacenarlo como para moverse con él sin chocar cada dos por tres. Si vives en un estudio o en un piso pequeño lleno de obstáculos, puede que te convenga algo más pequeño o específico.

Pero si tienes un hogar de tamaño medio o grande, este modelo encaja perfectamente. Yo lo tengo en casa, con una distribución bastante normal, y no me ha supuesto ningún problema de maniobrabilidad ni de espacio para guardarlo.

Y aquí viene otro punto clave: te ahorra tiempo de verdad. No es solo que friegue por ti, es que lo hace bien, rápido, y se limpia solo. Esos minutos que antes dedicabas a limpiar el suelo (y a limpiar el aparato después), ahora los puedes dedicar a estar en el sofá, jugar con tus peques o simplemente no hacer nada. Que oye, también es una opción válida.

Diseño, autonomía y otros detalles a tener en cuenta

El diseño del Roborock F25 Ace es moderno, con líneas limpias y materiales de calidad. Se nota que está hecho para durar. Los controles son sencillos, intuitivos, y el panel de información es claro. No necesitas estudiar un máster para empezar a usarlo. Y eso se agradece.

En cuanto a la autonomía, he podido limpiar superficies de hasta 150 m² sin necesidad de recargar ni rellenar el depósito. Eso sí, si tienes una casa muy grande, puede que necesites vaciar el depósito sucio y rellenar el de agua limpia tras una limpieza completa. Pero vamos, algo perfectamente asumible dentro del uso normal.

También tiene sensores para evitar caídas o choques fuertes, lo cual añade una capa de seguridad si tienes escaleras o muebles delicados.

Conectividad y control desde la app: otro nivel

Otro de los aspectos que más me ha convencido del Roborock F25 Ace es su conectividad con la app oficial de Roborock. Desde el primer momento, el emparejamiento es rápido y sin complicaciones. Solo tienes que descargar la aplicación, seguir unos pasos básicos y en pocos minutos ya tienes el dispositivo listo para gestionar desde el móvil.

Y aquí es donde empieza la magia para quienes, como yo, nos gusta tener todo bajo control desde una sola pantalla.

Desde la app puedes ver el estado del dispositivo, consultar el nivel del agua, recibir avisos cuando es necesario limpiar el rodillo o vaciar el depósito, y también activar el modo de autolavado o iniciar una limpieza sin tener que levantarte del sofá. Si tienes rutinas o sueles limpiar ciertas zonas a determinadas horas, esta conectividad te viene como anillo al dedo.

No estamos hablando de una app decorativa o anecdótica, sino de una herramienta realmente útil, que hace que el uso del F25 Ace sea aún más cómodo y eficiente. Y como buen amante de los gadgets conectados, eso me ha ganado.

Además, desde la aplicación puedes acceder a estadísticas de uso, duración de limpiezas, historial y estado de mantenimiento de los diferentes componentes. De esta forma puedes anticiparte a posibles desgastes o saber cuándo toca reemplazar algún accesorio.

Ah, y si tienes más dispositivos Roborock en casa, todo se centraliza desde la misma app, lo que facilita muchísimo la gestión del ecosistema doméstico inteligente. Para los que vivimos con el móvil siempre en la mano (culpable), esta funcionalidad es simplemente oro.

Conclusión: ¿merece la pena el Roborock F25 Ace?

Después de varias semanas usándolo de forma regular, puedo decir sin dudar que el Roborock F25 Ace ha pasado mi test de exigencia personal con buena nota. Tiene lo que busco en un fregasuelos inteligente: buena limpieza, comodidad de uso, mantenimiento mínimo y un diseño pensado para durar.

¿Es perfecto? No, como todo, tiene margen de mejora. Me encantaría que la base de autolavado fuera un pelín más compacta, o que tuviera una app más completa para controlarlo al detalle. Pero sinceramente, lo que hace, lo hace muy bien. Y eso, hoy en día, es más que suficiente para recomendarlo.

Si tienes espacio en casa, valoras tu tiempo y quieres un dispositivo fiable para mantener los suelos limpios sin esfuerzo, el F25 Ace de Roborock es una apuesta segura. Una compra que no se queda solo en la novedad, sino que se convierte en parte de tu rutina para mejorarla.

Y si me preguntan… sí, yo repetiría.

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