Generar un buen clima laboral dentro de las empresas y conservarlo constituye un factor decisivo en términos de crecimiento y desarrollo. Al final, cuando hablamos de una empresa hablamos de una agrupación de personas que trabajan en equipo para alcanzar una serie de objetivos. El capital humano es el motor más importante y protegerlo y cubrir sus necesidades puede cambiarlo todo.
Una comunicación sólida y efectiva entre los equipos y departamentos contribuye a la gestación de un buen ambiente de trabajo y, en última instancia, mejora la coordinación de procesos. No obstante, en ciertos ámbitos y circunstancias puede resultar relativamente complejo hacer un seguimiento de las políticas de comunicación interna o, incluso, de la gestión que los trabajadores hacen de los recursos disponibles. En este contexto, la implementación de un canal de denuncias puede facilitar la supervisión. Se trata, en lo más esencial, de un mecanismo para garantizar el cumplimiento de las directrices y proteger los intereses de los empleados.
Canal de denuncias: ¿Qué es exactamente y para qué sirve?
Se trata de una herramienta para optimizar los flujos comunicacionales que se generan entre empleados en el seno de las empresas. A través de este canal, los trabajadores encuentran una vía de comunicación directa con su superiores para poner en su conocimiento conductas irregulares u otro tipo de incidencias que hayan detectado en su entorno de trabajo. Uno de los principales beneficios que acompaña al canal de denuncias es que funciona de forma anónima y confidencial.
Gracias a ello, los responsables y estamentos superiores de la compañía podrán recibir información de interés y someterla a análisis para, más tarde, proceder a la aplicación de los protocolos de respuesta pertinentes.
Su funcionamiento siempre funciona integrado dentro de un cumplimiento normativo o un sistema de compliance. En él se definen los protocolos de actuación ante las denuncias formalizadas así como el proceso que se seguirá en materia de investigación para llegar a una resolución del caso. Además, dentro del plan se implementan unos planes formativos para que el personal cuente con los recursos suficientes para utilizar el canal de denuncias y hacerlo en el marco de un código ético.
Hacia el mes de abril de 2017 la Comisión Europea aprobó una ley vinculada a la protección de los denunciantes de corrupción o violaciones de las leyes dentro de los países que forman parte de la Unión Europea. Dentro de ella se estableció la obligatoriedad de instalar un canal de denuncias dentro de organizaciones y empresas que poseen los siguientes rasgos:
- Empresas de carácter privado que posean un capital humano compuesto, como mínimo, por medio centenar de empleados.
- Empresas del ámbito privado que registren un balance anual de diez millones de euros o superior.
- Aquellas que ejerzan su actividad en el segmento financiero o que, de forma directa o indirecta, se vean condicionadas por la regulación de blanqueo de capitales y/o financiación del terrorismo.
- Entidades que se integran dentro de la administración estatal o regional o que son reguladas por el Derecho Público.
- Entidades de municipios que presentan una población de, como mínimo, diez mil habitantes.
En la actualidad, este proyecto de ley está en proceso de aprobación dentro del Parlamento Europeo. Una vez que supere dicha fase, se implementará con carácter obligatorio en todos los países que son miembros de la Unión Europea, incluyendo España.
No obstante, al margen del contexto legal o su obligatoriedad en determinados ámbitos, la integración de los canales de denuncias constituyen un recurso de alto valor y puede retribuir en forma de beneficios a muchos niveles.
En realidad, la viabilidad de agregar este recurso a nivel interno no sólo tiene que ver con las exigencias que dicta la ley. También, es una cuestión de garantizar el cumplimiento del compromiso social.
