Vivimos unos tiempos en los que las compras, lamentablemente, ya no se hacen en el comercio de barrio y quizá hayamos perdido esa sensación de seguridad a la hora de comprar cualquier tipo de producto. En un mundo totalmente globalizado, tenemos acceso a millones de tiendas virtuales en las que podremos encontrar el producto deseado. Gigantes como Ebay, Rakuten, Amazon o Aliexpress, han conseguido que el hecho de comprar no suponga tener que salir de casa y que recibas tu producto en la comodidad del hogar. Incluso famosas páginas de venta de artículos de segunda mano, como pueden ser segundamano.es o milanuncios.com, hacen que encontremos auténticas gangas, cosa que no ocurriría en el comercio más cercano. El precio de los productos o la variedad de ellos que podremos encontrar por la red, pueden ser decisivos a la hora de adquirir cualquier artículo.

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Sin ir más lejos, hace un par de días que en casa llevamos en mente una compra, y cierto es que en ninguna tienda o gran superficie lo he encontrado tan barato que como en tiendas online. Ayer llegó la decisión de donde lo compraríamos y al echarle un último vistazo con más detenimiento al anuncio, y tras comprobarlo con otro de una tienda distinta, y con distinta fotografía del producto, me vino a la mente una pregunta, ¿realmente vemos una imagen exacta y fideligna del producto que vamos a comprar?

Estaremos todos de acuerdo, en que una buena fotografía vende mucho más, pero… ¿hasta qué punto están retocadas esas fotografías? Vamos a ver un pequeño ejemplo y veréis a lo que me refiero.

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Esta es una fotografía extraída de la propia web de Samsung, donde podemos ver el nuevo y flamante Galaxy Note 4. Si nos fijamos en ella, en esta imagen en particular se ve claramente que quieren enfatizar la calidad de su pantalla, por ello la llenan de colores muy vivos. Pero todos sabemos que realmente, por mucha calidad que tenga, nunca llegaremos a conseguir verla así de nítida, no a menos que cumplamos ciertas condiciones de luz, posición, etc. Se nota claramente que la fotografía está retocada para un fin, y este es que el producto guste a nuestros ojos empujándonos a su compra.

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En esta otra fotografía podemos ver el mismo producto, un Galaxy Note 4, pero en un color y condición diferentes. No es una mala imagen ni mucho menos, pero seguramente no captará tanto tu atención como la anteriormente mostrada. ¿verdad? No quiero, ni de lejos, decir que las fotografías de catálogo o exposición quieran engañarnos para apartarnos de la realidad, pero hay que reconocer que al ver el mismo anuncio, con estas dos fotografías, antes compraríamos el producto si lo representa la primera imagen, aunque «no sea del todo fideligna».

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El objetivo de este artículo de opinión no es más que ayudaros a diferenciar de lo que es real y de lo que, a veces, nos quieren vender. Hoy en día una buena imagen, puede influir más a la hora de decidirnos por un producto, que la propia calidad de éste. Mi consejo es que no escatiméis a la hora de contrastar fotografías u opiniones de un mismo producto, ya que puede ser que apreciemos detalles que no sean de vuestro agrado y evitaremos sorpresas cuando la compra llegue a vuestra  casa ¡Hay que comprar con cabeza… y ojos!